El mundo del arte británico está que arde. En todos los sentidos. Había de antemano mucha expectación por tres de las exposiciones programadas para este año: la de David Hockney en la Royal Academy of Arts, la de Damien Hirst en la Tate Modern y la de Lucian Freud (la primera tras su muerte, el 20 de julio) en la National Portrait Gallery. Pero ahora la habrá aún más, tras las declaraciones que ha hecho Hockney a Radio Times sobre su colega Hirst, a quien critica duramente por el uso de asistentes para realizar sus obras.
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