segunda-feira, 12 de março de 2018

Suicidio de la izquierda, auge del fascismo, caos

Las elecciones italianas de marzo de 2018 abren un período caótico cuya salida permanece incierta. El país, que hace pocos años era conocido por ser uno de los más “eurófilos” es ahora “euroescéptico” en un 50% o más; la extrema derecha, abiertamente nostálgica del fascismo ha regresado con fuerza, y la derecha parlamentaria clásica imagina sin dificultad su alianza con ella (como en Austria, por ejemplo); el “populismo” (en este caso el Movimiento 5 Estrellas) se caracteriza por una confusión sin precedentes que impide saber cuál es su verdadero programa, si es que tiene alguno; la izquierda está claramente en declive.
Las explicaciones dadas por los medios de comunicación dominantes ponen el acento en la cuestión de la afluencia de inmigrantes. Sin hacerse preguntas sobre los motivos de esta afluencia (los estragos causados por las políticas del neoliberalismo en África y en Oriente Medio), estos medios de comunicación reconocen la responsabilidad de Europa, que ha abandonado a los países que, por su situación geográfica (Italia, Grecia y España) están en primera línea frente a esta afluencia. Y poco más. Se alude a veces a las miserias producidas por la política económica italiana (pero una vez más sin cuestionar los dogmas liberales). Aun cuando estas explicaciones podrían parecer correctas en una primera lectura, siguen siendo poco convincentes. El análisis de la catástrofe exige una vuelta atrás más seria.

Sem comentários:

Enviar um comentário