Al escritor Luis Sepúlveda le gustan mucho los gatos. Porque son "misteriosos, muy dignos e independientes". Es más, hace años, un astrólogo chino le dijo que en una vida pasada había sido un gato muy feliz mimado por un mandarín.
De Mix, el gato que adoptó su hijo Max, le asombró -como a todos- su perfil estilizado, griego.
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