Footprints - Praia do Castelejo, Vila do Bispo, Algarve

quinta-feira, 1 de abril de 2021

«Masacrádromo»

 Pasaron pocos días para que el presagio, que intuimos algunos, se hiciera realidad: que la brillante idea del protestódromo, su “creador intelectual” la plasmara en un masacrádromo pocos días después de posesionarse como Ministro de Defensa (sic) de Colombia.[1] En efecto el 2 de marzo se realizó un criminal y atroz bombardeo en las selvas del Guaviare donde fueron aplastados 12 colombianos, entre ellos varios niños. Como suele acontecer, de manera inmediata el subpresidente, los altos mandos militares y el bocón Ministro de Defensa dieron un parte de victoria por el extraordinario logro obtenido al haber “dado de baja”, como se suele decir en la cínica jerga militar, a unos criminales y delincuentes, enemigos de la patria. Por supuesto, los grandes medios de desinformación se dieron a la tarea de replicar la noticia y de felicitar a las “heroicas” fuerzas militares por esta nueva victoria de las fuerzas del bien sobre las del mal. En la consabida rueda de prensa para presentar la exitosa misión, nadie dijo que entre los muertos se encontraban niños, y como suele suceder en este país acostumbrado a la muerte de los pobres y humildes, los dueños del país y sus áulicos se relamían de satisfacción por la gran hazaña de haber despedazado a seres humanos con las “bombas inteligentes” que se lanzaron sobre un campamento de la insurgencia.

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