En una de las últimas novelas del escritor boliviano Edmundo Paz Soldán, Palacio Quemado (Alfaguara), recuerdo que la descripción de la sede del gobierno sudamericano y sus interioridades, poco tiempo antes de que accediera al poder el dirigente indigenista Evo Morales, me pareció en espíritu muy cerca a los textos televisivos del guionista norteamericano Aaron Sorkin. Sobre todo al guion de la serie El Ala Oeste de la Casa Blanca. No estoy diciendo que la novela de Paz Soldán me recordara dicho guion por su estructura, sino, subrayo, por esa manera tan norteamericana de penetrar en los entresijos de esa sala de máquinas que es la sede de cualquier gobierno, llámese Palacio Quemado, Casa Rosada, La Moneda, El Elíseo o La Moncloa.
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