Eso registran los fríos anales de la memoria histórica. Pero el olvido es traicionero y EE.UU. continúa impartiendo lecciones éticas al resto de países. Ahora mismo, con el acuerdo alcanzado con Irán para que éste abandone las investigaciones que le lleven a la temida bomba atómica bajo el chantaje de las clásicas sanciones comerciales internacionales. Pura hipocresía made in USA y también de la Unión Europea.
Estamos nuevamente ante la ley imperial del más fuerte, que ejerce su violencia diplomática y militar a su antojo para salvaguardar los intereses de la “moral suprema” de Occidente. ¿Por qué no renuencia EE.UU. a sus bombas atómicas y armas nucleares en concierto con los otras naciones poseedoras de este tipo de arsenal destructivo? Eso sí sería un dato histórico, moral y democrático de alcance universal.
Occidente se arroga el derecho inviolable de dictar a los demás países lo que es bueno y malo, guardando para sí la capacidad de ser juez y parte en cualquier conflicto local e internacional. Su moral se impone por la fuerza, manu militari en última instancia o a través de provocar miedos escénicos de carácter económico y financiero (véase Grecia en la actualidad). Y nadie alza la voz para denunciar este hecho tan clamoroso e injusto. En Occidente vivimos los buenos, más allá es territorio comanche sin matices ni distinciones sutiles.
Sem comentários:
Enviar um comentário