El caos, el escenario de guerra permanente y la fragmentación
territorial en Oriente Medio no responden a causas azarosas. “Estados
Unidos y la OTAN promueven una estrategia de caos controlado en la
región, sea en Irak, Afganistán, Libia, Yemen o Siria”, afirma la
politóloga y profesora de Relaciones Internacionales en la UNED, Nazanin
Armanian. El caos se convierte por tanto en un elemento de dominación
que, bajo el control de las potencias occidentales, puede prolongarse o
atajarse a conveniencia. El objetivo es que se prolongue el conflicto
bélico, que los enemigos de Estados Unidos y sus aliados se desangren
entre ellos en pequeñas guerras. “Cuanto más larga sea la guerra,
mejor…”, afirma la investigadora. Mientras, Israel resulta indemne.
Nazanin Armanian reside en España desde 1983, es investigadora en
geopolítica de Oriente Medio y el mundo islámico y autora de unos 15
libros, muchos de ellos con Martha Zein: “Los Kurdos. Kurdistán: el país
inexistente”; “Irán. La revolución constante”; “Irak, Afganistán e
Irán. 40 respuestas al conflicto en Oriente Próximo” y “El Islam sin
velo”, entre otros. La politóloga ha participado en un acto organizado
por el Frente Cívico-València y el sindicato Acontracorrent.
-Después
del acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán y el levantamiento de
las sanciones, el presidente Rouhaní visitó París y Roma para hablar de
negocios. Además, abanderado de los sectores considerados “reformistas”,
Hasán Rouhaní venció en la segunda ronda de las elecciones legislativas
celebradas el 29 de mayo. ¿Se abre un periodo nuevo? ¿Implica la
“distensión” cambios en el tablero geopolítico?
No se va a
abrir ninguna fase nueva. Hay un sector del gobierno de Irán y otro del
de Estados Unidos que desde el inicio de la “revolución” iraní, en 1979,
quieren aproximarse. En estos momentos el presidente Hasán Rouhaní
considera que el enemigo no es Estados Unidos, y Obama piensa que su
principal adversario es China. Por tanto, Obama no quiere implicarse en
lo que considera “pequeñas” guerras. Por otro lado, este acuerdo nuclear
es muy importante porque aleja, no descarta, la opción militar por
parte de Estados Unidos contra Irán. Pero todo depende de las elecciones
norteamericanas del 8 de noviembre. Si ganan el Partido Republicano o
Hillary Clinton, puede que se rompa el acuerdo. Es más, en las
elecciones del 26 de febrero se elegirá al sucesor del Ayatolá Jamenei,
jefe del estado y perteneciente al sector ultra iraní. Dependiendo de
quién sea el sustituto, puede que también se rompa el acuerdo nuclear.
Ha habido un “alto el fuego” en el conflicto, pero nada está
definitivamente escrito.
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