Urge intervenir la noción de “posverdad” -con una buena dosis de
pensamiento crítico- para radiografiarla hasta saber qué contiene y a
qué propósitos tributa su uso. Sus definiciones la pintan como
una forma “emotiva” de la mentira para manipular la “opinión pública”…
para subordinar los hechos a las habilidades emocionales del
manipulador. Es la mentira que prescinde de los hechos, que los
arrodilla ante los intereses del enunciado para revertir (pervertir) la
relación conocimiento-enunciación. El conocimiento se convierte en
producto del enunciado y no al contrario. La realidad se
convierte en un estorbo o en una anécdota decorativa -o prescindible-
del enunciado. Una figura “retórica” más importante que la propia
verdad. De cualquier manera parece ser necesario interpelar a la noción
de “posverdad” con otra noción de contraste dialéctico que llamaremos
aquí “plus-mentira”. Incluso la construcción histórica-social de la
“verdad” debe ser obra crítica.
En todos los sistemas
económico-políticos que dividen a la sociedad en opresores y oprimidos,
la mentira es un dispositivo consustancial o, dicho de otro modo, son
mentirosos por definición. Sistema mentiroso que se basa en robar el
producto del trabajo, con estratagemas diversas, que usa represión,
miedo, armas, idolatrías e ideologías. La dictadura de las creencias y
las supercherías. Mentiras que se perfeccionan en laboratorios de guerra
psicológica fabricantes de “plus-mentira”. Ahora quieren imponernos
como “verdad” su reino de la des-honestidad y la anti-política. La
fachada fagocitando el contenido; las técnicas de persuasión produciendo
crisis de confianza; la política huérfana de sociedad. Se trata
de aniquilar lo que contradiga, lo que interpele, lo incómodo, lo
difícil, lo profundo y lo social. Es un modo más de la ideología de la
clase dominante en su fase intolerante y excluyente. Uno de sus modos
más extremos y contradictorios que se “justifica” con “posverdades”
creadas exprofeso y con tono “académico”. Medios para coagular el odio
de clase como “verdad” que aniquila “lo otro”.
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