Los residentes de Khan al-Ahmar han pasado las últimas semanas
esperando que las excavadoras israelíes lleguen para demoler toda su
aldea y desplazar por la fuerza a las 170 personas que viven allí, un
movimiento que las organizaciones de derechos humanos y algunos
gobiernos europeos dicen que constituiría un crimen de guerra.
Pero aunque la situación humanitaria y la legalidad de la demolición y
el desplazamiento son motivo de gran preocupación, gran parte de la
cobertura de los medios y el activismo en Khan al-Ahmar han pasado por
alto la importancia estratégica de esta pequeña aldea.
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