En los primeros días el fuego te acorrala, en los días siguientes las
cenizas te entristecen. Así pueden describirse mis sensaciones en una de
mis visitas años atrás a las zonas amazónicas de Brasil, Perú y Bolivia. Estas coincidieron con incendios como los que hoy causan alarma
mundial.
Cuando las llamas están activas, el humo inunda todo, es
peligroso transitar los caminos por la poca visibilidad, hay momentos en
los que cuesta respirar, la garganta se inflama y los ojos lagrimean.
Cuando las llamas se apagan, el ocre y el gris dominan las escenas. Aquí
y allá siguen erguidos los restos de algunos árboles, mientras que en
el suelo, entre las cenizas, aparecen de tanto en tanto los cadáveres
calcinados de animales que no pudieron escapar.
Sem comentários:
Enviar um comentário