En el momento justo, cuando tenía lugar la cumbre de los líderes de las
principales economías capitalistas (G7) en Biarritz, China anunció una
nueva ronda de aranceles por valor de 75.000 millones de dólares para
las mercancías importadas de Estados Unidos. Una represalia ante la
nueva ronda de aranceles a los productos chinos que los EE.UU. tienen
prevista para diciembre. El presidente de EE.UU. Trump reaccionó con
enojo e inmediatamente anunció que iba a aumentar los aranceles ya
existentes en 250.000 millones de dólares para los productos chinos e
imponer más aranceles por valor de 350.000 millones de dólares a las
importaciones de China.
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