Las inéditas dimensiones de la tragedia económica y social que está viviendo la Argentina bajo la semidictadura de Javier Milei y sus compinches, sirvientes tanto el uno como los otros del gran capital nacional y extranjero, me impulsó a revisitar una magnífica película italiana del año 1963. Se trata de Los Compañeros (I Compagni), dirigida por Mario Moniccelli y animada por las soberbias actuaciones de Marcello Mastronianni, Renato Salvatori, Folco Lulli y Annie Girardot como protagonistas principales. La historia está ambientada en Torino a finales del siglo XIX y retrata con vívido realismo las inhumanas condiciones de trabajo en una fábrica textil de esa ciudad y la lucha de sus trabajadores por reducir la jornada laboral de 14 a 13 horas diarias. Pude verla ni bien se estrenó -con mucho éxito- en la Argentina. Yo tenía por entonces apenas veinte años y unas cuantas materias ya aprobadas en la carrera de Sociología, y hubo un pasaje de los varios muy conmovedores que tiene el film que se grabó de modo indeleble en mi memoria.
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