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quarta-feira, 5 de julho de 2017

“La política siempre tiene un elemento de disputa por el poder. Aquí planteo que esa batalla se libra en gran medida en ‘el lugar de los poetas'"

Cuando hablo de “El lugar de los poetas” me refiero en general a ese lugar misterioso en el que se ponen las palabras a las cosas, ese lugar en el que se crean palabras para el mundo. “El lugar de los poetas” no se refiere sólo a la tarea de la poesía en sentido estricto, como algo, digamos, “meramente estético”. Ese poder de “poner las palabras a las cosas” se refiere, por ejemplo, a la operación de los revolucionarios franceses cuando consiguen que la palabra “pueblo” remita sólo al tercer estado y, al mismo tiempo, a la voluntad del conjunto de la nación.
También puede considerarse en este mismo sentido que la introducción de la palabra “casta” por parte de Podemos es un acierto poético: las élites que hasta entonces se presentaban como alternativas políticas (divididas e incluso enfrentadas como “izquierda” y “derecha”, “rojo” y “azul”) se hacen visibles, gracias a esa palabra, como una unidad en la que resultan más relevantes las semejanzas que las diferencias (rescatan a los mismos bancos, se jubilan en los mismos consejos de administración, usan las mismas tarjetas black... etc.). Esta capacidad de administrar semejanzas y diferencias a la hora de nombrar el mundo es un elemento clave del poder político. Y constituye un problema central de la historia de la filosofía al menos desde finales del siglo XVIII (digamos que desde la Crítica del juicio de Kant) hasta nuestros días. Lo que trato de hacer en el libro es un recorrido por el modo como los grandes autores de la historia de la filosofía han pensado el problema. No se trata ni mucho menos de un descubrimiento reciente. Y es un mal negocio hacer como si hubiera que pensarlo todo desde cero cuando podemos encontrar el asunto planteado de un modo insuperable en los textos de las mejores cabezas de la historia de la humanidad. Es siempre tentador pensar que uno mismo ha descubierto el Mediterráneo, pero ni es verdad ni es la estrategia más eficaz para pensar bien las cosas.

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