El pasado viernes, el mismo día en el que la Corte Internacional de Justicia -máximo tribunal de la ONU- establecía que es verosímil investigar por genocidio a Israel, se hacía pública una denuncia israelí que acusa a doce trabajadores de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) de haber participado en los atentados de Hamás del 7 de octubre. El comisionado general de dicha agencia emitió ese mismo viernes un comunicado indicando que los doce acusados habían sido ya despedidos -en la agencia trabajan en total 30.000 personas, 13.000 de ellas en Gaza- y que la ONU está llevando a cabo una investigación exhaustiva sobre esos presuntos hechos.
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