Pueden disfrazarla de Blancanieves, pero es apenas una nueva doctrina para el permanente injerencismo de Washington en otros países, proveniente de un presidente demócrata.
De eso se trata la coartada del combate a la corrupción, fuera de fronteras, lanzada por el octogenario mandatario estadounidense Joe Biden.
Biden proclamó la última semana que la corrupción es un riesgo para la seguridad nacional de su país, por lo que elevó la lucha contra este flagelo al rango de pilar de la política exterior de Washington.
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