El presidente Joe Biden es ya el cuarto líder estadounidense que se pone al frente de la guerra de Estados Unidos en Afganistán. Hereda un frágil proceso de paz, y los miembros de su equipo han señalado prudentemente que se esforzarán en lograr que avance.
En febrero de 2020 el expresidente Donald Trump llegó a un acuerdo con los talibán para retirar todas las tropas estadounidenses y de la OTAN antes del 1 de mayo de 2021. A cambio, Estados Unidos recibió garantías de seguridad y el compromiso de los talibán de iniciar conversaciones de paz con el gobierno afgano. Tras 40 años de derramamiento de sangre y casi 20 años de intervención estadounidense directa en Afganistán, no hay duda de que Biden debería dar una oportunidad a estas conversaciones. Alcanzar un acuerdo integral que ponga fin a la insurgencia talibán sería, con mucho, la mejor forma de que Estados Unidos zanje su compromiso militar en el país.
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