Si se nos pidiera una sola mácula que endosarle, o revelarle, al
capitalismo financiero, sin dudarlo nos sumaríamos a los que proclaman
que la crisis de la formación socio-económica rebasa los límites de las
desigualdades, injusticias, desequilibrios y tendencias neofascistas,
para llegar a lo que quizás se erige en el colofón, la “coda heroica”
del modelo neoliberal: las horrendas huellas ecológicas en un planeta
que, al decir de un analista de fuste, está ahogado, sin capacidad para
acoger más impactos sobre sus elementos vivos, entre ellos el humano.
Para Alberto Fragua, en www.elsalmoncontracorriente.es, el asunto no
admite medias tintas. La llamada economía de mercado anda abocada al
fracaso, en tanto depende de unos recursos finitos, que se van agotando.
Algo que, en su opinión, resulta más que sabido por los principales
causantes del estropicio, los cuales también dominan al dedillo el hecho
de que los ritmos de la naturaleza no le son suficientes a esta “para
mantener su estructura de creación de permanentes dependencias,
independientemente de que no se conozcan bien los efectos ambientales
derivados de ellas”.
Sem comentários:
Enviar um comentário