Los cinco mayores proveedores de armas coinciden con cuatro miembros
permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU que, irónicamente, abogan
por una coexistencia pacífica y defienden los principios del desarme.
“No
tienen escrúpulos en, simultáneamente, vender armas mortales en zonas
de combate”, ridiculizó un diplomático de la ONU (Organización de las
Naciones Unidas) que pidió reserva de su identidad.
A China,
Estados Unidos, Francia y Rusia se les suma Alemania, que desde hace
tiempo trata de conseguir un asiento permanente en el máximo órgano de
seguridad de la ONU, según un informe publicado el 12 de este mes por el
Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri).
Cuando
hay guerras, no gana ninguna de las partes enfrentadas, sino los
comerciantes de armas, llamados mercaderes de la muerte por los
pacifistas.
Los conflictos aumentan y con ellos, el hambre de
armas convencionales como lo prueban los seis años de guerra civil en
Siria, donde las múltiples facciones enfrentadas reciben armas de
Estados Unidos, Rusia o Irán.
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