Como un río desbordado tras una tormenta, el pensamiento feminista
cautiva hoy, quizás más que nunca, a mujeres de todas las generaciones,
pero fundamentalmente a las más jóvenes. Esto tiene su espejo en el
brazo militante que también se ensancha y diversifica. Pero aún no está
claro cómo será el cauce del río. Dos grandes paradigmas parecen dividir
a la militancia feminista en Uruguay: la autonomía o la
institucionalidad. Las “autónomas”, un adjetivo que las define aunque no
todas sientan que es el que mejor las representa, están nucleadas en la
Coordinadora de Feminismos (CF), conformada en noviembre de 2014 como
una secuela del I Encuentro de Feminismos de Uruguay.
En ella participan colectivos de mujeres (1) y mujeres a título personal. El segundo grupo está comprendido en la Intersocial Feminista (2) conformada el 8 de marzo de 2017 como una escisión de la CF e integrada por organizaciones de mujeres y mixtas, ya que no admite la participación individual. La militancia no se agota en estos dos espacios.
En ella participan colectivos de mujeres (1) y mujeres a título personal. El segundo grupo está comprendido en la Intersocial Feminista (2) conformada el 8 de marzo de 2017 como una escisión de la CF e integrada por organizaciones de mujeres y mixtas, ya que no admite la participación individual. La militancia no se agota en estos dos espacios.
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