Puede argüirse que el ámbito más fluido en el sistema-mundo moderno, que
está en crisis estructural, es el geopolítico. Ningún país está cercano
a dominar este ámbito. La última potencia hegemónica, Estados Unidos,
ya lleva tiempo actuando como un gigante incapaz. Tiene poder para
destruir pero no para controlar la situación. Sigue proclamando reglas
que espera que otros sigan, pero puede ser, y es, ignorado.
Hay ahora
una larga lista de países que se consideran listos para desempeñarse de
maneras específicas pese a las presiones de otros países. Una mirada
por todo el globo confirmará puntualmente la incapacidad de Estados
Unidos para imponer sus modos.
Los dos países que además de
Estados Unidos tienen el poderío militar más fuerte son Rusia y China.
Alguna vez se movían con cuidado para evitar la reprimenda de Estados
Unidos. La retórica de la guerra fría hablaba de dos campos
geopolíticos en competencia. La realidad era otra cosa. La retórica
simplemente enmascaraba la efectividad relativa de la hegemonía
estadunidense.
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