Sin pretender negar la gravedad de la crisis
sanitaria generada por el coronavirus –con el riesgo de que se convierta
en coartada de los grandes poderes económicos para aplicar, una vez
más, la doctrina del shock contra los y las de abajo-, y sin
olvidar la tragedia cotidiana que se está viviendo en lugares como
Lesbos, la noticia de que en 2012 el rey emérito regaló a Corinna Larsen
65 millones de euros -parte de los 100 millones donados por el rey de
Arabia Saudí en agosto de 2008 a cambio del acuerdo del AVE a La Meca-
no debería pasar por alto como una anécdota más. Porque a eso es a lo
que quieren reducirla la mayoría de los medios de comunicación españoles
y el establishment en general, con los partidos del régimen a la cabeza.
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