Siuna enfermedad puede enseñarnos
sensatez
más allá de nuestra capacidad de comprender lo precaria y preciosa
que es la vida, el coronavirus nos ha dado dos lecciones.
La primera es que en un mundo
globalizado nuestras vidas están tan entrelazadas que la idea de
vernos a nosotros mismos como islas (ya sea como individuos,
comunidades, naciones o la única especie privilegiada) se debería
entender como demostración de falsa conciencia. En realidad, siempre
estuvimos unidos formando parte de una milagrosa red de vida en
nuestro planeta y, más allá de él, como polvo de estrellas en un
universo inconmensurablemente vasto y complejo.
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