Akkram Huessni, un joven del campamento dijo a Mondoweiss que
el jueves por la noche las fuerzas israelíes irrumpieron en el
campamento de refugiados de Aida en el sur de la ciudad cisjordana
ocupada de Belén. Los jeeps cayeron sobre el campamento por todas las
entradas disparando indiscriminadamente ráfagas de gas lacrimógeno.
Las familias se apresuraron a cerrar las ventanas tratando de poner
paños en cualquier grieta que pudiera permitir que se filtrase el gas
nocivo, una práctica que habitual en los hogares de todo el territorio
ocupado de Cisjordania.
Mientras Aida es conocido por ser
políticamente activo, las fuerzas israelíes en general se centran en los
manifestantes, pero el jueves las fuerzas parecían hacer caso omiso de
los manifestantes y fueron a por la comunidad en su conjunto, disparando
grandes cantidades de gases lacrimógenos, dijo Huessni.
"Todo
el campo estaba lleno de gas", recordó. "Tuvimos que mantener a las
personas con máscaras de gas en todo el espacio del campo para sacar a
la gente que quedó atrapada fuera de las nubes blancas"
En
medio del asalto, el ejército y la policía de fronteras israelíes
emitieron por sorpresa un mensaje a los residentes a través del altavoz.
Un joven grabó todo el mensaje en video.
"Pobladores del campo
de refugiados de Aida, somos el ejército de ocupación", la voz del
oficial de policía fronteriza resonó en árabe en todo el campamento. "Si
ustedes lanzan piedras, los envolveremos con el gas hasta que todos
estén muertos, jóvenes, niños, ancianos, todos morirán".
"Todos
ustedes morirán", dijo el oficial. "No vamos a dejar a ninguno vivo.
Hemos arrestado a uno de ustedes, está con nosotros ahora, nos lo
llevamos de su casa y le vamos a sacrificar y matar mientras ustedes
deciden si siguen tirando piedras. Vayan a sus casas o los gasearemos
hasta que mueran, sus familias, sus hijos, todos. Les mataremos",
continuó el mensaje.
Según los informes el agente de la policía
fronteriza que emitió el mensaje fue suspendido de sus funciones,
informaron los medios israelíes. Mientras el mensaje captado en video
fue impactante por muchas razones y dejó bien sentada al menos una
verdad importante, los gases lacrimógenos matan.
Al día
siguiente la amenaza se hizo realidad cuando un bebé de ocho meses,
Ramadán Thawabta, se asfixió y murió por inhalación de gas lacrimógeno
durante los enfrentamientos en la aldea de Beit Fajjar, al sur de Belén.
Así lo testimoniaron los médicos a la agencia de noticias palestina Maan news.
Un poco más de una semana antes, un activista por la paz de 54 años
afectado de una enfermedad cardiaca inhaló el gas y murió. Los médicos
confirmaron que lo mató la inhalación de gas lacrimógeno y no su
condición anterior, según Maan.
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