París ha sufrido la mayor matanza desde la segunda guerra mundial. En su
capital multitud de gente inocente ha muerto a manos de una violencia
cruel e implacable. En una acción del carácter más vil se ha acribillado
la esperanza de víctimas inocentes y sus familias. El mundo debería
estar consternado y expresar su repulsa a actos como ese. No es legítimo
matar inocentes de manera indiscriminada bajo ningún pretexto
ideológico. El respeto a la vida de personas inocentes debiera ser la
base de todo comportamiento. Acciones tan bárbaras como la que hemos
conocido hacen avergonzarse de pertenecer al género humano. Esta acción
nos sitúa en el punto de mira a todas las personas que creemos en la
libertad y la democracia.
Sem comentários:
Enviar um comentário