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terça-feira, 24 de novembro de 2015

El fin de las ilusiones sobre la naturaleza real de la UE

El año en curso, 2015, fácilmente se puede caracterizar como el año de las sorpresas para Grecia; malas y buenas. 

La primera sorpresa fue una buena: Syriza, que fue considerado como el partido más radical de izquierda entre las corriente de izquierda dentro de Europa, ganó las primeras elecciones de enero. Su programa contenía la demanda de anulación de la mayor parte de la deuda soberana, la nacionalización de los bancos, el destronamiento de Troika -como comúnmente se llama la misión de los acreedores del FMI, el BCE y la Comisión Europea-, que suelen ser nombrados como fuerzas de ocupación del Cuarto Reich alemán, etc.
La segunda sorpresa fue una mala: El gobierno recién formado, junto con la participación del partido racista y xenófobo llamado Griegos Independientes, continuaron las negociaciones con los acreedores y, finalmente, el 20 de febrero firmaron un acuerdo con los ministros de Finanzas de la zona euro, donde Grecia se vio obligado a aceptar el pago completo ya tiempo de todas sus obligaciones financieras. En resumen, el nuevo gobierno reconoció la deuda.
La tercera sorpresa fue como la primera, muy bienvenida: El presidente del Parlamento griego designó una comisión bajo el mandato de realizar una auditoría de la deuda pública. Su conclusión fue sorprendente: La Comisión de la Verdad reconoció la deuda pública como ilegal, ilegítima, odiosa e insostenible y llamó al gobierno a declarar el cese unilateral de pagos contra el FMI, el BCE, los acreedores privados, y así sucesivamente. La Comisión de la Verdad demostró a todos que la deuda griega fue creada por la élite griega gobernante y los acreedores, y no por el pueblo griego.
La cuarta sorpresa fue al igual que la segunda, inoportuna: A pesar de que los acreedores habían detenido el pago de los tramos de los préstamos a Grecia, el gobierno griego mantuvo el pago de sus obligaciones a los acreedores, vaciando las arcas públicas. Aunque el BCE dejó de proporcionar liquidez a los bancos griegos, en plena violación de sus artículos, cada uno podría predecir que si no utilizaron su derecho soberano para declarar la cesación de pagos y salir de la zona euro, su rendición era una cuestión de tiempo.
La quinta sorpresa no fue buena, fue la mejor: El 5 de julio, la inmensa mayoría del pueblo griego votó "NO" en el primer referéndum que se celebró en Grecia desde 1974, rechazando las propuestas de rescate de los acreedores. Para nombrar algunas de esas propuestas: aumentos en los impuestos indirectos, privatizaciones de activos públicos (puertos, aeropuertos, instalaciones de agua y de energía, etc.), nuevos recortes de gastos y una mayor liberalización del mercado de trabajo, lo que llevaría a mucho mayor desempleo que el nivel actual sin precedentes de un 27%. El pueblo griego dijo "NO", enviándole a toda Europa un mensaje claro de la resistencia a los chantajes de los acreedores.

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