El repudio al mensaje de intolerancia racial y étnica del precandidato
presidencial republicano Donald Trump, dirigido sobre todo contra
musulmanes y mexicanos, se intensificó con un amplio abanico de voces
tanto a nivel de la cúpula política como en las calles en Estados Unidos
y otros países.
Después de que Trump propuso prohibir el ingreso de todos los musulmanes a Estados Unidos esta semana –y repitió sus posiciones antimigrantes– se multiplicaron las expresiones de condena a lo que algunos califican de retórica fascista, sumándose a las críticas expresadas en las últimas 48 horas por líderes de ambos partidos (incluido el republicano más poderoso del país, Paul Ryan, el presidente de la cámara baja del Congreso) y una amplia gama de defensores de derechos civiles.
La portada del rotativo New York Daily News hoy es una caricatura que muestra a Trump cortando con una espada la cabeza de la Estatua de la Libertad y como titular las frases: “Cuando Trump vino por los mexicanos, no me expresé, ya que no era mexicano. Cuando Trump vino por los musulmanes, no me expresé, por no ser musulmán. Después vino por mí…” (En referencia al famoso poema del pastor cristiano alemán Martin Niemoller, encarcelado por Hitler, que dice: "Primero vinieron por los comunistas, y no me expresé. Porque no era comunista. Después vinieron por los sindicalistas, y no me expresé. Porque no era sindicalista. Después vinieron por los judíos, y no me expresé. Porque no era judío. Entonces vinieron por mí, y ya no quedaba nadie para que se expresara por mí)".
Ya se han convocado manifestaciones en Nueva York y otras ciudades por organizaciones de defensa de inmigrantes, y de musulmanes, judíos y cristianos para repudiar a Trump y expresar solidaridad entre diversos sectores atacados con su retórica. Líderes de comunidades musulmanas estadunidenses siguen deplorando las declaraciones de Trump; algunos señalan que es tan extremo que extrañan al presidente George W. Bush. Otros comparan las propuestas de Trump con las medidas iniciales de Hitler contra los judíos en Alemania. Todos alertan que estas declaraciones generan más violencia y discriminación contra ciudadanos e inmigrantes sólo por ser identificados como musulmanes.
En las calles, de repente aparecen botes de basura públicos con pintas que invitan: deposite su voto para Trump aquí, mientras en las redes sociales se multiplican las expresiones de reprobación (aunque también ahí compiten las que apoyan a Trump). Spike Lee, el director de cine cuya nueva película Chi-Raq ha causado sensación, expresó que Trump, con sus propuestas, es “como los nazis, eso es como Hitler, Mussolini…” El columnista político del Washington Post Dana Milbank lo consideró el Mussolini moderno de Estados Unidos.
El alcalde de St. Petersburg, en Florida, declaró: he prohibido a Donald Trump la entrada a St. Petersburg hasta que podamos entender plenamente la amenaza peligrosa que representan todos los Trump.
Después de que Trump propuso prohibir el ingreso de todos los musulmanes a Estados Unidos esta semana –y repitió sus posiciones antimigrantes– se multiplicaron las expresiones de condena a lo que algunos califican de retórica fascista, sumándose a las críticas expresadas en las últimas 48 horas por líderes de ambos partidos (incluido el republicano más poderoso del país, Paul Ryan, el presidente de la cámara baja del Congreso) y una amplia gama de defensores de derechos civiles.
La portada del rotativo New York Daily News hoy es una caricatura que muestra a Trump cortando con una espada la cabeza de la Estatua de la Libertad y como titular las frases: “Cuando Trump vino por los mexicanos, no me expresé, ya que no era mexicano. Cuando Trump vino por los musulmanes, no me expresé, por no ser musulmán. Después vino por mí…” (En referencia al famoso poema del pastor cristiano alemán Martin Niemoller, encarcelado por Hitler, que dice: "Primero vinieron por los comunistas, y no me expresé. Porque no era comunista. Después vinieron por los sindicalistas, y no me expresé. Porque no era sindicalista. Después vinieron por los judíos, y no me expresé. Porque no era judío. Entonces vinieron por mí, y ya no quedaba nadie para que se expresara por mí)".
Ya se han convocado manifestaciones en Nueva York y otras ciudades por organizaciones de defensa de inmigrantes, y de musulmanes, judíos y cristianos para repudiar a Trump y expresar solidaridad entre diversos sectores atacados con su retórica. Líderes de comunidades musulmanas estadunidenses siguen deplorando las declaraciones de Trump; algunos señalan que es tan extremo que extrañan al presidente George W. Bush. Otros comparan las propuestas de Trump con las medidas iniciales de Hitler contra los judíos en Alemania. Todos alertan que estas declaraciones generan más violencia y discriminación contra ciudadanos e inmigrantes sólo por ser identificados como musulmanes.
En las calles, de repente aparecen botes de basura públicos con pintas que invitan: deposite su voto para Trump aquí, mientras en las redes sociales se multiplican las expresiones de reprobación (aunque también ahí compiten las que apoyan a Trump). Spike Lee, el director de cine cuya nueva película Chi-Raq ha causado sensación, expresó que Trump, con sus propuestas, es “como los nazis, eso es como Hitler, Mussolini…” El columnista político del Washington Post Dana Milbank lo consideró el Mussolini moderno de Estados Unidos.
El alcalde de St. Petersburg, en Florida, declaró: he prohibido a Donald Trump la entrada a St. Petersburg hasta que podamos entender plenamente la amenaza peligrosa que representan todos los Trump.
Sem comentários:
Enviar um comentário