Footprints - Praia do Castelejo, Vila do Bispo, Algarve

quinta-feira, 10 de dezembro de 2015

Ucrania, bajo la injerencia del FMI, se hunde en la recesión

Parece que no importara que la política del FMI que se disemina por el mundo provoque caos social como en Grecia o en cualquier otro país, puesto que el objetivo es siempre el mismo: reforzar el capital privado a expensas de los bienes y servicios sociales. Y el FMI, cuya sede está en Washington, sigue en Ucrania a pesar de ser una institución tan despreciada por su fuerte implicación en la ola de las desastrosas privatizaciones en Europa del Este, durante la transición postcomunista a comienzos de los 90. Desde el inicio de la crisis, en noviembre de 2008, Ucrania figura entre los primeros países europeos que cayó en la ratonera del FMI, después de Islandia, Georgia y Hungría.
Debido a un poderoso movimiento insurreccional que llevó a la destitución del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, el nuevo Gobierno transitorio, establecido el 27 de febrero de 2014, ofreció al FMI la oportunidad de administrar una severa cura de austeridad al pueblo ucraniano. Sin siquiera esperar a las elecciones, se desarrollaron unas opacas negociaciones con ese Gobierno no elegido, que desembocaron en la adopción de políticas ultraliberales a cambio de un préstamo del FMI.
Para el actual primer ministro Arseni Iatseniuk, no existiría ninguna alternativa a las órdenes del FMI. Ya en octubre de 2008, cuando era presidente del Parlamento, Iatseniuk declaraba respecto al programa del FMI: “No tenemos otra elección. No es una cuestión política, es una cuestión vital para la actividad del país”. Cinco años y medio más tarde, en marzo de 2014, Arseni Iatseniuk, convertido en primer ministro del Gobierno transitorio, afirmó con respecto a un inminente programa de austeridad del FMI: “El Gobierno aceptará todas las condiciones fijadas por el FMI, porque no tenemos otra elección”.
Con el nuevo Gobierno del oligarca y multimillonario Petro Poroshenko, investido presidente de Ucrania en junio de 2014 con la promesa de poner fin a la guerra en tres meses, pocos cambios se pueden esperar, ya que mantiene a Arseni Iatseniuk en las funciones de primer ministro. Ucrania continúa su ruta dentro del monorraíl liberal de las políticas de austeridad dictadas por el FMI. A los ojos del poder establecido y cualquiera que sea el precio a pagar, no hay ninguna otra opción válida. Reinando, por lo tanto, el famoso dogma de Margaret Thatcher, “There is no alternative”.

Sem comentários:

Enviar um comentário