Footprints - Praia do Castelejo, Vila do Bispo, Algarve

terça-feira, 1 de dezembro de 2015

“La idea de que el Estado es la solución está agotada”

Al final de su libro La nueva razón del mundo (2009), Pierre Dardot y Christian Laval escribían: "Las prácticas de 'comunización' del saber, de asistencia mutua, de trabajo cooperativo, pueden esbozar otra razón del mundo. A esta razón alternativa no podría dársele mejor nombre que éste: la razón del común". En efecto, éste fue el eje central del libro publicado en 2014, Común, con el que describen otra construcción de la sociedad diferente al neoliberalismo.
¿Podrían señalar los grandes rasgos de lo que ustedes han llamado la sociedad neoliberal?
Christian Laval: En La nueva razón del mundo describimos una lógica normativa que se llama neoliberalismo y que tiene dos grandes aspectos. En primer lugar, la difusión de normas de competencia al conjunto de actividades, de los sectores, de las prácticas, que son las nuestras, y esto no sólo por la invasión del mercado o de las grandes empresas, sino por la acción completamente deliberada del Estado mismo, que promueve por todas partes lógicas de competencia a través, por ejemplo, de nuevas formas de gestión en los servicios públicos.
El segundo aspecto es la puesta en práctica de un modelo de actividad exclusivo, único, que es la empresa. Tenemos la impresión de que nada puede hacerse en la sociedad que sea por fuera del modelo de la empresa, evidentemente con todas la dimensiones de contabilidad, de rentabilidad, y esto llega hasta la transformación de las relaciones y de la subjetividad, puesto que cada uno es llevado a identificarse con una empresa o con un capital que debe autovalorizarse. El neoliberalismo es la racionalidad del capitalismo que penetra en el conjunto de la sociedad.
Al final de La nueva razón del mundo escriben que la razón liberal está agotada; sin embargo, todo el libro repasa esa nueva racionalidad.
Pierre Dardot: Son los movimientos mismos los que dicen "no nos representan". Finalmente hemos entrado a través de las movilizaciones en una fase de cuestionamiento directo de la lógica representativa que manifiestamente hoy produce formas oligárquicas de poder.
Lo que ha aparecido claramente con el neoliberalismo es que las oligarquías tenían dos caras: la cara económica y la cara política, que estaban completamente entremezcladas. Entonces, las democracias representativas aparecen cada vez más como una forma que enmascara cada vez peor una dominación oligárquica brutal, violenta, bajo la forma de privatiza­ciones, de manage­rializaciones, etc. Las formas de reivindicación y de esperanza política no tienen la forma antigua del Estado frente al mercado. La idea de que el Estado sería la solución también está agotada.

Sem comentários:

Enviar um comentário