La incursión de Bob Dylan en el mundo de las artes plásticas trastabilló con la sombra del plagio y el descrédito de la crítica. La creatividad del cantautor más alabado y aplaudido del siglo XX parecía esfumarse al cambiar el papel por un lienzo y el micrófono por un pincel. Hace dos años, su colección The Asian Series, una muestra de 18 cuadros reflejo de su diario visual durante sus viajes a Asia, guardaba un alarmante parecidocon las fotografías de profesionales como Henri Cartier-Bresson o Léon Busy. Los propios parroquianos dylanianos fueron los primeros en reparar en que por una vez la figura del artista, candidato al Nobel de Literatura, abrazaba los límites de la perfección humana.
Sem comentários:
Enviar um comentário