El mundo en que vivimos hoy está atravesado por una crisis económica, política y ecológica. Cientos de millones de personas han visto deteriorarse su nivel de vida y las perspectivas de futuro se vuelven borrosas, mientras otros cientos de millones padecen sequías, inundaciones y otros impactos del cambio climático, que no harán más que agravarse con el paso del tiempo.
Cuando las negociaciones climáticas internacionales se estancan y el activismo climático predominante se desespera cada vez más, la necesidad de un modelo de sociedad diferente y de una estrategia política para llegar a ella nunca ha sido más acuciante. Pero ¿cuáles serían concretamente sus características?