El gran debate sobre el imperialismo estadounidense, puesto sobre la mesa por intelectuales como Mark Twain, también fue resuelto con una nueva teoría que advertía a los blancos europeos y americanos de que serían reemplazados o exterminados por los peligrosos negros en los trópicos y los híbridos en las repúblicas bananeras de América Latina.
I
El 19 de marzo de 1937, Charles Gustav Binderup, representante de Nebraska y miembro de la mayoría oficialista demócrata, citó en el Congreso palabras de Henrry Ford, quien las habría dicho en los pasillos de ese mismo recinto tres años antes: “Está bien que la gente de la nación no entienda nuestro sistema bancario y monetario; si entendieran algo, habría una revolución antes de mañana por la mañana”. Una idea similar ya habría sido formulada por el padre de la propaganda moderna, Edward Bernays: mantener a la población en desconocimiento de cómo funciona el poder es la mejor forma de administrar una democracia.
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