El 7 de octubre de 2001, los Estados Unidos lanzaban sobre Afganistán la
“Operación Libertad Duradera”. Quince años después, hablamos con la
diputada y activista afgana Malalai Joya sobre la ocupación militar, la
situación de las mujeres y política del país.
¿Cuál es la situación de las mujeres en Afganistán tras la ocupación? ¿Os sentís liberadas?
La
situación de las mujeres en Afganistán por desgracia es un desastre aún
mayor, en comparación con la época de los talibanes. Los hombres y
mujeres de Afganistán –no sólo las mujeres– no están liberados en
absoluto. Sufren de injusticia, inseguridad, corrupción, paro,
pobreza... Las mujeres y los niños son los que están peor. La
catastrófica situación de las mujeres fue una excusa muy buena para que
la OTAN ocupara nuestro país y, de hecho, nos pusieron en primera línea
de fuego al reemplazar el régimen de los talibanes, misóginos y
fundamentalistas, por los señores de la guerra, también misóginos y
fundamentalistas, que son uña y carne con los talibanes y que engañan al
pueblo afgano disfrazados de demócratas.
Por eso, la situación,
especialmente para las mujeres, es un infierno, en la mayoría de lugares
del país. Incluso en Kabul, las mujeres no se sienten seguras. El
dramático caso de Farjunda, una chica de 27 años acusada de haber
quemado un Corán, es suficiente para entender la situación de desastre
absoluto de las mujeres. El año pasado, el 19 de marzo, la lincharon
brutalmente a plena luz del día, sólo a unos kilómetros del palacio
presidencial, muy cerca de la Policía afgana y las tropas extranjeras.
Después de darle una paliza, le pasaron un coche por encima, quemaron su
cuerpo y lo tiraron a un río cercano. Esta historia ya es suficiente
para entender la situación de inseguridad, la violación de derechos
humanos en nuestro país. Y en las áreas rurales es todavía peor.
Violaciones, violencia machista en las casas, ataque, apaleamientos a
mujeres, lapidaciones... La violencia contra las mujeres se ha agudizado.
En
comparación con la época de los talibanes, las mujeres y los hombres de
nuestro país tenían un enemigo, que eran los terroristas talibanes,
pero en estos 15 años tras la ocupación nuestra gente tiene cuatro
enemigos: los señores de la guerra, los talibanes, las fuerzas de
ocupación y el ISIS. Y es verdad que en algunas ciudades grandes, Kabul,
Herat, Mazar-i-Sharif, algunas mujeres tienen acceso a trabajo y
educación, pero es sólo para justificar la ocupación. Pero en las áreas
rurales, este régimen títere y corrupto no ha hecho nada. Desde abajo,
los talibanes, los señores de la guerra y los terroristas del ISIS
continúan haciendo barbaridades contra los hombres y mujeres de nuestro
país, especialmente las mujeres. Pero desde el cielo, las fuerzas de
ocupación bombardean a ciegas y la gente inocente son las víctimas, en
el nombre de la supuesta guerra contra el terror. Es una guerra contra
civiles inocentes. Miles de personas han sido asesinadas en estos 15
años de ocupación, sobre todo mujeres y niños.