Footprints - Praia do Castelejo, Vila do Bispo, Algarve

sábado, 8 de outubro de 2016

¿Madoff en la Casa Blanca?

Piense en los políticos estadounidenses de estos momentos como si fueran los personajes del cuento de los dos Donalds. Primero, hay un Donald Trump que es un provocador político, un hombre con la mirada fija en el Despacho Oval y está dispuesto a decir prácticamente cualquier cosa para conseguirlo. Eso incluye insistir, en su campaña ‘Ante todo, Estados Unidos’, que él –y solo él– devolverá los millones de empleos fabriles (que es improbable que vuelvan alguna vez) y que él creará dos industrias boom, la del carbón y la del gas natural (pese a que una y otra están en abierta competencia. Y después, por supuesto, está el otro Donald Trump, aquel que hará cualquier cosa por un dólar (o por un millón, o por ambas cosas), incluyendo la deslocalización de muchos empleos en sus propios negocios y la contratación de mano de obra extranjera más barata para sus hoteles y centros vacacionales (o proyectos de edificación).

Usted podría pensar que, en el calor de esta campaña electoral, él ha decidido realizar un modesto golpe de efecto contratando a trabajadores estadounidenses en lugar de ‘obreros invitados’ de origen extranjero y repatriando la confección de camisas Trump desde Bangladesh, la confección de corbatas Trump desde China y México y otros productos por el estilo; que, tratándose de ‘Ante todo, Estados Unidos’, en este momento, él podría poner su dinero en el país donde come. Sin embargo, la instantánea de Donald y los productos de importación en la reciente inauguración del Hotel Internacional Trump en la misma calle de la Casa Blanca es bien curiosa: una campaña publicitaria por todo lo alto y unos precios pensados para el disfrute exclusivo los millonarios.

Sem comentários:

Enviar um comentário