Uno podría pensar que desde el punto de vista económico el Gobierno de Israel se está comportando de manera irresponsable. ¿Quiere evitar los costos de la guerra o continuar con el conflicto porque sirve a sus intereses políticos? Es una buena pregunta. El Banco de Israel ha estimado que los costos relacionados con la guerra para el período 2023-2025 podrían ascender a 55.600 millones de dólares. Estos fondos probablemente se obtendrán mediante una combinación de mayor endeudamiento y recortes presupuestarios.
Pero aquí comienzan los problemas, el financiamiento –mayor endeudamiento– o la sustitución de partidas presupuestarias de gastos sociales a bélicos, no suelen ser bien recibidos por la población. A principios de este año, Moody’s y S&P rebajaron sus calificaciones crediticias para Israel, el último en hacerlo es el menos conocido del tridente de calificadoras de riesgo, en agosto Fitch Ratings rebajó la calificación crediticia de Israel de A+ a A, lo que implica menos financiamiento o mucho más caro.
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