Este sábado [30 de marzo] se celebrará el Acto19 [1] del movimiento 
de los chalecos amarillos. El gobierno ha adoptado una posición 
terrorista tras los daños causados durante la manifestación del sábado 
16 de marzo, asumiendo a partir de ese momento que pueda haber muertos. 
En esta entrevista, Elsa Dorlin aborda la cuestión del lugar que ocupan 
la violencia y el cuerpo en política. 
 -¿Cómo valora las escenas de violencia durante las movilizaciones de los chalecos amarillos el sábado 16 de marzo en París? 
 Se podrían utilizar otras palabras: daños materiales, destrucción de 
establecimientos comerciales, pero también revuelta, insurrección, etc. 
Estos hechos se califican de violencia extrema debido, en parte, a un 
marco de interpretación que nos ha sido impuesto: la imagen de esta 
violencia y cómo se presentan tienen la función de suscitar indignación,
 reprobación y la falta de solidaridad; pero la realidad de estos 
enfrentamientos ofrece otras imágenes, otras formas de pensar este 
conflicto. 
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