La combativa y pujante rebelión popular de Chile no es meramente por el
aumento desmesurado del precio del metro en Santiago. Esa fue la gota
que colmó la copa por un cuarto de siglo de pinochetismo agazapado, que
ahí ha seguido en espacios estratégicos, incluidos el poder económico,
político, mediático y las fuerzas armadas y de seguridad. Ha habido en
Chile sí, una suerte de escenografía democrática para maquillar al
fascismo realmente existente. La cruenta represión desde los primeros
momentos ante una protesta totalmente pacífica, que solo consistía en
saltarse los torniquetes del metro, primero, de cientos de adolescentes y
jóvenes y, después, de miles de personas de todas las edades, caldeó
aun más los ánimos. El aumento hacía subir el precio en 30 pesos,
equivalentes a 0.042 centavos de dólar por viaje, en promedio mensual se
ha calculado su costo por persona en cerca de 14 por ciento del salario
mínimo.
Sem comentários:
Enviar um comentário