En paralelo, la guerra Rusia-Ucrania, a punto de cumplir su primer año este próximo 24 de febrero, continúa generando repercusiones económicas negativas y sigue siendo la piedra en el zapato de un continente que mira con preocupación sus sombrías perspectivas económicas. Todas las previsiones indican que aun si lograra escapar a la recesión, el crecimiento europeo este año será casi nulo, se producirá un mayor empobrecimiento del salario real y el ya debilitado Estado de bienestar social sufrirá todavía más ataques.
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