España es una nación porque millones de personas se sienten
nacionalmente españolas. Este componente subjetivo hace que esto sea
innegable. Sin embargo, también pareciera que es una nación "fallida",
mal construida, en la que ni sus élites ni sus intelectuales han sabido
erigir una idea nacional uniforme y moderna al estilo francés, ni mucho
menos han tenido la capacidad para comprender la plurinacionalidad como
realidad de España. Ni han impuesto "ilustradamente" ni han construido y
seducido democráticamente.
Por el contrario, España se edificó
sobre el viejo solar castellano, imponiendo por la fuerza de las armas
su hegemonía al resto de naciones peninsulares. Así, España, lejos de
ser una suma de los pueblos que la componen, continúa instituyéndose
sobre el dominio del nacionalismo oligárquico castellano sobre los
demás.
Esto hace que el nacionalismo español viva en una
esquizofrenia permanente. Asegura que Cataluña es parte constitutiva de
España pero a la vez que es necesario "españolizar a los niños
catalanes”. La quiere consigo, pero obligándola a dejar de ser ella
misma. Quiere una Cataluña castellanizada para afirmar el dominio de su
idea uniforme de España. Tratando de afirmar su españolidad, la niegan.
Pues muestran a las claras que la españolidad de Cataluña se basa solo
en la fuerza por la que a lo largo de la historia los restos del viejo
Imperio han conseguido mantenerla consigo, pero sin asimilarla jamás.
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