“El espectáculo organiza con destreza la ignorancia de lo que
sucede”, escribió Guy Debord. Hay que reconocer que lo que está
sucediendo en la política de Madrid responde a una extraordinaria
organización de la ignorancia. No sabemos lo que sucede, el porqué
sucede, pero sucede. Ni siquiera está claro que eso que
sucede, y sucede a ritmo trepidante, las noticias como tráiler de un
estreno, vaya a suceder. En principio hay dudas legales en la
organización de la ignorancia, pero la protagonista indiscutible, la
presidenta Ayuso, se mueve por la Casa Real de Correos con la
determinación de un Napoleón le Petit en su 18 Brumario.
De hecho, parece avanzar sin titubeos en el futuro borroso,
festejando el conflicto. Y donde se dice “determinación” debería
decirse “decisionismo”. La gestualidad, las palabras, esa sonrisa
oblicua de Grande de España que le transfirió Aguirre, ese pisar
hípico de botas altas sobre la alfombra roja, vienen a decir: “Los
actos de quien manda se traducen en ley”. En este escenario
histórico, la convocatoria electoral necesita un rumor de cruzada, y
lo tiene, algo así como “¡Dios y Madrid lo quieren!”, pero lo
que retumba al final es un algoritmo caníbal: “Socialismo o
libertad”.
segunda-feira, 15 de março de 2021
Heidegger, entre Madrid y Siracusa
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