Abu Ayyub Rasmi en medio de las ruinas de su pueblo, al-Hammeh, demolido por el ejército israelà el 27 de septiembre de 2016
Una forma de contar la historia de Oriente Medio en su conjunto es
describir la lucha endémica entre los nómadas itinerantes y agricultores
campesinos asentados; una lucha ya atestiguada en documentos
mesopotámicos antiguos. Durante siglos todos los regÃmenes polÃticos de
la región han intentado, con éxito variable, llevar a los beduinos a
asentarse en la tierra. Pero en Israel y en los territorios ocupados
vemos, junto con esta polÃtica familiar, los persistentes intentos de
desarraigar a las poblaciones beduinas que ya se han asentado en la
tierra, a veces desde generaciones, y que por lo general tienen
reivindicaciones claras a la propiedad de estos sitios.
Hoy en
dÃa, la mayor parte del valle del Jordán, sin duda uno de los paisajes
más deslumbrantes del planeta, está situado en lo que se conoce como la
zona C del territorio palestino ocupado. Esto significa que, con la
excepción de la antigua ciudad de Jericó y sus alrededores (que se
encuentran en la zona A, bajo el gobierno palestino), el valle está bajo
directo y exclusivo control de Israel, en lo militar, legal y polÃtico,
y también gran parte de ese territorio está absorbido por los
asentamientos israelÃes o han sido reservados para el futuro de los
asentamientos israelÃes. También significa que una población palestina
de unos 15.000 beduinos que se establecieron en el valle está
tácitamente destinada a la expulsión.
Según los acuerdos de
Oslo, la división de Cisjordania en tres zonas diferentes fue concebida
como una etapa preliminar que conducirÃa finalmente al cese de la
ocupación israelà y la consecución de un estado palestino. La polÃtica
del actual gobierno israelà parece estar dirigida a la anexión a Israel
del conjunto de la zona C, que constituye más de la mitad del territorio
de la Ribera Occidental; este objetivo fue declarado expresamente y en
repetidas ocasiones por el ministro de Educación, Naftali Bennett, jefe
del ultranacionalista partido Hogar JudÃo y una fuerza importante en la
coalición del primer ministro Benjamin Netanyahu. Como resultado, ahora
estamos presenciando en el valle del Jordán un proceso acelerado de lo
que debe ser, me temo, llamado limpieza étnica. No es un término que uso
a la ligera.
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