Trump acaba de anunciar su agenda de los primeros 100 días de
gobierno. Uno de los puntos que destacan en materia de estrategia
comercial es el abandono del Tratado Transpacífico, o TPP. Así, dejaría
de lado el legado de Obama para los EEUU en su disputa comercial con
China. A raíz de esta nueva situación, nos preguntamos, ¿el TPP está
realmente muerto? ¿O hay acaso otros elementos que tenemos que tener en
cuenta antes de dar por terminado el gran proyecto de liberalización
comercial del Pacífico?
Uno de los ejes fundamentales de la
campaña de Donald Trump fue la crítica acérrima a los Tratados de Libre
Comercio (TLC) que firmó EEUU en los últimos veinte años, incluido el
que firmó con México y Canadá en 1994 (NAFTA por su sigla en inglés).
Trump y su equipo identificaron en los TLC al mismísimo diablo, por
haber sido los causantes de la pérdida de empleos en el país. De acuerdo
con datos oficiales de Washington, entre 1997 y 2013, EEUU perdió 5,4
millones de empleos manufactureros, a la vez que cerraron cerca de
82.000 fábricas. Efectivamente, los TLC avalaron jurídicamente los
derechos de las empresas norteamericanas en el exterior. En su forma de
Inversión Extranjera Directa, esas empresas fueron protagonistas de la
relocalización productiva hacia el sudeste asiático y hacia China,
huyendo del caro trabajo norteamericano. Para qué quedarse en casa, si
afuera es tan atractivo para la ganancia.
El énfasis puesto por la
campaña de Trump en contra de los TLC apunta directamente contra una de
las consecuencias más violentas del modo de acumulación capitalista
basada en la libre circulación de los capitales: esa gran porción de la
población que sobra, aquellos que no se adaptan o insertan en esta
lógica. El desempleo creciente en EEUU, no resuelto por las políticas
librecambistas de los gobiernos demócratas, fue uno de los factores
explicativos de la victoria de Trump.
En ese sentido, uno de los
principales puntos de la discordia con el gobierno de Obama es el
Tratado Transpacífico (TPP). Obama tomó este tratado como uno de los
caballos de batalla de su gobierno, un legado que él quería dejar a EEUU
en su puja comercial global con China. Sin embargo, tanto desde el seno
del Partido Demócrata con la candidatura de Bernie Sanders, como desde
el Republicano se apuntó ferozmente en contra de este tratado. Hoy,
pocos días después de las elecciones, todo indica que Obama no podrá
forzar la ratificación del TPP en el período de transición hasta enero, y
que el proyecto será abandonado por la administración Trump.
Sem comentários:
Enviar um comentário