Una
coalición de medios, compañías de redes sociales y organizaciones
ligadas a contenidos 2.0 se ha creado en el marco de las llamadas "noticias falsas", en un intento de homologar toda expresión distinta a
la versión corporativa de la información en una supuesta campaña de
desinformación. Se trata, más bien, de una cacería de brujas, de una
reconversión de lo que llaman en periodismo "los hechos" y de la censura
totalitaria a un click de distancia.
Vaya sorpresa: los medios corporativos son los principales adalides de la censura informativa. The New York Times, financiado por lo más opulento de Wall Street, en las recientes semanas ha sido juez y parte en torno a los "fake news" (o "noticias falsas") para demandar la judicialización de diversos medios que ellos tildan de "prorrusos", un mero chivo expiatorio para homologar toda disidencia a la política neoconservadora (y aliados) promovida por el aparato del actual gobierno estadounidense.
Al mismo tiempo, se intenta tipificar en la misma foto a aquellas organizaciones y medios identificados con la derecha conservadora y anti-establishment en suelo norteamericano y europeo junto a supremacistas blancos, ultranacionalistas, fundamentalistas cristianos y hasta ciertas milicias armadas, identificados con el presunto movimiento "Alt-Right" (derecha alternativa, en español), otro oasis ideológico a la merced de estos medios corporativos que buscan homologar a neonazis con los medios, grupos de pensamiento y organizaciones políticas cuyos contenidos e informaciones difieren profundamente de lo mil veces editorializado desde Nueva York.
Vaya sorpresa: los medios corporativos son los principales adalides de la censura informativa. The New York Times, financiado por lo más opulento de Wall Street, en las recientes semanas ha sido juez y parte en torno a los "fake news" (o "noticias falsas") para demandar la judicialización de diversos medios que ellos tildan de "prorrusos", un mero chivo expiatorio para homologar toda disidencia a la política neoconservadora (y aliados) promovida por el aparato del actual gobierno estadounidense.
Al mismo tiempo, se intenta tipificar en la misma foto a aquellas organizaciones y medios identificados con la derecha conservadora y anti-establishment en suelo norteamericano y europeo junto a supremacistas blancos, ultranacionalistas, fundamentalistas cristianos y hasta ciertas milicias armadas, identificados con el presunto movimiento "Alt-Right" (derecha alternativa, en español), otro oasis ideológico a la merced de estos medios corporativos que buscan homologar a neonazis con los medios, grupos de pensamiento y organizaciones políticas cuyos contenidos e informaciones difieren profundamente de lo mil veces editorializado desde Nueva York.
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