En medio de la nocturnidad de un domingo, con la apatía cómplice de
un fin de semana y con el inmoral juego al despiste de la prensa, la UE y
el estado italiano deciden, en esta madrugada del lunes, cargar a los
ciudadanos las catastróficas pérdidas de la quiebra del 3° banco del
país, el Monte dei Paschi de Siena. Y todo su sistema desnuda una
fragilidad de arena al borde del colapso generalizado.
Todo un golpe de Estado financiero contra el bolsillo de los italianos y los europeos
El
obligado rescate se realizará con fondos del presupuesto del estado (O
sea con dinero de los contribuyentes) y con emisión monetaria indirecta
del Banco Central Europeo (O sea, con más deuda pública para las futuras
generaciones).
Y aún falta por conocer el brutal castigo
social a que serán sometidos los ciudadanos que nada tuvieron que ver
con este vaciamiento corrupto del sistema bancario, acompañado de una
desastrosa gestión y del error de políticas perniciosas para la gente.
Es
otra de las tantas y sonadas consecuencias de una atroz y lapidaria
política económica de especulación, vaciamiento de la producción,
expolio de los patrimonios públicos y castigo a la ciudadanía.
Una
consecuencia más de 25 años de deriva y caos financiero provocadas por
los centros de poder, en la concentración de riquezas, aplastando a la
sociedad con el empobrecimiento generalizado y el chantaje crónico con
mensajes de terror y caos.
En el mismo día de este atropello, y
cuando se cumple justo una semana del furibundo rechazo electoral y
popular a estas políticas, el propio sistema, con directrices expresas
de Alemania, nombra por decreto a un nuevo gobierno tecnócrata en
Italia, otro más sin pasar por las urnas. Un perfecto calco de
continuidad del defenestrado hace casi nada de días. Mateo Renzi sigue
al poder, a la sombra, pero con su gabinete mandando.
Sem comentários:
Enviar um comentário