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segunda-feira, 12 de dezembro de 2016

"Querida Noruega, detengan a Henry Kissinger"

No suelo escribir en primera persona pero creo que este contexto lo amerita. Mi abuelo Salvador Allende, presidente democráticamente electo de Chile, murió en un golpe militar organizado por Henry Kissinger. Noruega debe detener a Kissinger, no invitarlo para premiarlo.
Mi nombre es Pablo Sepúlveda Allende. En 1970 mi abuelo Salvador Allende fue elegido presidente en Chile por el Partido Socialista Chileno junto a otros partidos de izquierda dentro de la Unidad Popular. Su anhelo político era contribuir a la construcción de una sociedad más justa para Chile, igualar las enormes diferencias socioeconómicas entre pobres y ricos, dar a los trabajadores del país más poder político y construir el socialismo de forma pacífica en el marco de la democracia y en un sistema multipartidista.
En 1973 este sueño fue truncado cuando el palacio presidencial de La Moneda fue rodeado por soldados y tanques de guerra, fue cobardemente bombardeado por los militares traidores bajo el mando del general Augusto Pinochet, que actuaba bajo las órdenes de los Estados Unidos y su asesor de Seguridad Nacional y posterior Secretario de Estado Henry Kissinger en cooperación con la CIA. Salvador Allende tenía la opción de renunciar y entregar el poder a los golpistas de derecha o morir defendiendo el mandato popular. Él eligió luchar hasta el final y murió en las ruinas del palacio presidencial y de la democracia chilena.
El sangriento golpe militar y la dictadura brutal que siguió, ambos con el apoyo activo de Kissinger, afectaron a millones de chilenos durante décadas. No sólo los muchos miles que fueron desaparecidos, torturados y asesinados, sino también cientos de miles que fueron exiliados de su tierra. A lo largo de América del Sur, Kissinger organizó junto con la CIA y militares locales, campañas de terror y muerte contra políticos, militantes, indígenas, obreros, campesinos, sindicalistas de izquierda y muchos otros y otras que lucharon contra los intereses de los Estados Unidos por controlar la región que tiene la mayor concentración de recursos naturales en el mundo.

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