Los siete países capitalistas más industrializados (Estados Unidos,
Canadá, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y Japón) desnudaron sus
diferencias en la cumbre celebrada en la coqueta localidad francesa de
Biarritz, donde el presidente estadounidense Donald Trump logró que no
se llegara a conclusión alguna.
Mientras Francia intentaba
tender un puente entre EU e Irán, en momentos de una ofensiva de
Washington, sus aliados saudíes e Israel contra Teherán. El viernes,
Macron, quien busca que Trump suavice las sanciones y reanude el
diálogo, se reunió con el canciller iraní Mohammad Javad Zarif, quien el
domingo llegó sorpresivamente a Biarritz, tras el encargo del G-7 al
presidente galo de rebajar la tensión nuclear, y afirmó una solución en
torno al tratado atómico es "difícil, pero vale la pena intentarlo".
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