El 1 de junio de 1934, procedente de Barcelona, el poeta Pablo Neruda
llegó a la Estación del Norte de Madrid. Allí, en el mismo andén,
Federico García Lorca le recibió con un ramo de flores. Se habían
conocido en octubre del año anterior en Buenos Aires. Era el inicio de
dos años intensos y plenos para Neruda, quien cumplió en Madrid los 30
años. Pronto se instaló en la Casa de las Flores, en el barrio de
Argüelles, en un quinto piso que tenía una vista espléndida de la sierra
de Guadarrama y del prodigioso cielo de Madrid, que él definiría como
“océano de cuero” en España en el corazón.
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