En 2009 fue la última vez que el CIS preguntó sobre consumo de prostitución. En la Encuesta Nacional de Salud Sexual (2009) se vio que el 10,2% de los hombres habían pagado por sexo una vez y el 21,9% más de una vez. Una práctica que no tiene un perfil concreto ni edad, como explica la socióloga Beatriz Ranea Triviño en su investigación y posterior libro Puteros (Catarata, 2023).
El consumidor de prostitución no tiene edad —el INJUVE cree que el 10% de los jóvenes lo han hecho o hacen con regularidad— ni clase social, ni nivel de estudios ni nacionalidad. Pero sí tiene género. Solo el 0,3% de las mujeres preguntada por el CIS decían haber pagado por sexo una o más veces. Pero ¿por qué?
Ranea Triviño quiso responder a esta pregunta buscando en foros, poniendo carteles para entrevistarse telefónicamente y presencialmente con hombres consumidores de prostitución. Las conclusiones, el deseo sexual esta atravesado por el poder. “Son hombres que no necesariamente tiene poder en otras esferas de su vida y la prostitución sirve como un mecanismo compensatorio de la masculinidad porque ahí sí tienen poder”, explica la autora. ¿Existe un perfil de puteros en España?
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