Era agosto de 2017 y Donald Trump aún no se había entusiasmado con Kim Jong-un, el corpulento dictador de Corea del Norte. De hecho, haciendo gala del típico estilo trumpiano, se mostró enojado con el líder coreano y, de forma no menos típica, se puso a arremeter verbalmente amenazando a ese país con un infierno literal en la Tierra. Exactamente lo que dijo fue: “Van a tener que enfrentarse a un fuego y furia como el mundo nunca ha visto”. Y luego, para dar un toque aún más personal, se quejó del propio Kim: “Ha estado muy amenazante, más allá de lo normal”.
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