Hace tres años, para la Navidad del 2017, escribí el texto que agrego a
continuación. Su difusión generó en ese momento una fuerte controversia.
Desde los sectores conservadores de la Iglesia Católica llovieron todo
tipo de críticas contra esta interpretación del legado de un personaje
histórico como Jesucristo. El escándalo y la abominación fueron las
marcas de estas fallidas defensas de la “verdad oficial” defendida por
la institución. Los sempiternos y omnipresentes voceros del imperialismo
se unieron a ella, sobre todo por las consecuencias políticas y
económicas de esta reconstrucción del mensaje que nos hereda Cristo más
allá de cuestiones teológicas que no son de mi interés examinar. Algunas
pocas voces procedieron del marxismo vulgar, ecos lejanos de un
correcto anticlericalismo pero incapaz de distinguir entre el discurso
de Cristo y la corrupción del mismo en manos de la burocracia
eclesiástica.
sábado, 26 de dezembro de 2020
Cristo, fundador del antimperialismo
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