Algunos miembros de la justiciaespañola parecen decididos a silenciar la crítica a los valores e
ideas más tradicionales como si se trataran de dogmas
incuestionables en una sociedad democrática. Cada cierto tiempo nos
sorprenden castigando a un rapero que crítica a la monarquía,
encarcelando a unos titiriteros que se ríen de los jueces o
censurando alguna portada humorística. En definitiva, cercenando
las libertades de expresión y de creación que sí son dogmas en
nuestra Constitución, el único libro “sagrado” para toda la
ciudadanía.
sábado, 5 de dezembro de 2020
La blasfemia no puede ser delito en una sociedad democrática
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